jueves, 28 de mayo de 2015

La sicología poética





Si se deja llevar por el estado de ánimo depresivo diría de quien como Prometeo cuando está encadenado:

 “¡Si acaso existiese alguien que me quiera!
Alguien que se acercase y a mi me diese agua...
¡En esta situación en la que ahora me encuentro
tal es el dolor que no existe más realidad
que un fuego abrasador !”

Ahora bien, si una o uno se deja llevar por ese estado se olvida de la otra:

¡Chispita mía, te quiero,
eres todo para mí y aunque
no pueda estar contigo prometo ser  feliz!
Tu eres mi sujeción y yo soy tu botón
en la fuente de mi ilusión


Para ilustrar el contenido del impulso libertador bien vale un pájaro:


“Haciendo esfuerzos por salir al exterior
Alza ahora su voz ese pájaro rebelde
de canto como el ruiseñor.
Mostrándonos su pequeña cabecita.
Mira a la izquierda, a la derecha
para reconocer el entorno,
en quien poder confiar,
para acto seguido desplegar las alitas
como si fuese un halcón
siendo tal hecho una ilusión
que nació de un grito de liberación interior”.

Si el pájaro no consigue que el estado de ánimo se supere, las más cándidas criaturas lo harán:

“Con sus manitas de mazapán
cogió el sonajero y con suaves golpecitos
golpeó intermitentemente la nariz de papá
y así volvió la alegría y con ella llegó la primavera”

Si la intención es buscar el mejor método de sanación por parte de la escritora o escritor   quizás sea este último, aunque no seas ni mamá ni papá porque las pequeñas criaturas y eses sentimientos de que tienen alrededor protección son de lo más emotivo y bonito de la vida.